Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo».
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo».
El tema es el amor a la persona en sí, sin darle importancia a los complementos o adjuntos de su alrededor.
No es necesario tener multitud de cosas ni reconocer las cosas por sus complementos. Él quiere a su amada sin las ataduras que se atribuye identificándose siempre con algo como los vestidos, la quiere a ella, su ser, pura y libre. Porque cuando la llama entre la multitud ella será ella sin que le concierto todo lo atribuido y cuando pregunte por él tampoco importará todo lo superfluo que se le había atribuido antes de nacer y le dirá que es él quien la quiere.
El texto presenta un estructura inductiva, ya que la tesis aparece al principio del texto y después lo desarrolla a lo largo del poema. Podemos dividir el poema en 2 partes:
-la primera parte, desde el inicio hasta el verso 11. Todo lo accesorio al ser no concierne
-la segunda, del verso 11 al final del poema. Demostración de que todo lo accesorio e superfluo, es decir, lo que realmente quieren y aman es lo puro del ser.
Pedro Salina, el autor de este poema llamado 'la voz a ti debida', fue un escritor español de la Generación del 27 conocido sobre todo pos su poesía y ensayos. En este poema el autor expresa los sentimientos más profundos, cuando se llega a querer a la persona, no a las cosas que tiene. La pureza de la persona es lo que realmente se ama cuando se quiere de verdad. Durante todos los tiempos de la historia han habido matrimonios de conveniencia establecidos por los familiares, mayormente en el género femenino que no siempre tuvieron la capacidad de elegir a su pareja, estaban obligadas a contraer matrimonio sin importarle que en realidad ellas quisieran a otra persona, amara la pureza de otra persona, sin dejarla a su vez mostrar su pureza a ese alguien amado. Bajo mi punto de vista no se puede llegar a amar hasta que realmente quieres a la persona en sí, su pureza, sin que influya nada alrededor.
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